La abstracción pura de los colores primarios de Mondrian, que simboliza el TODO de nuestro mundo, desciende del cielo a la tierra transformándose en el mundo real de los jardines clásicos.
Adaptar el diseño del jardín y la composición de sus plantas al entorno “ecosistema” en el que se encuentra. La elegancia no se copia de otros lugares, es innata del lugar. Hay que saber captarla.